Hemos podido ver a lo largo del módulo como las crisis generadas por catástrofes naturales han aumentado los últimos años y especialmente aquellas relacionadas con la climatología. El clima es una fuerza poderosa que determina las oportunidades para los humanos. La renta nacional de muchos países pobres o en vías de desarrollo incrementará o disminuirá en función de la climatología, por ejemplo los agricultores de muchas regiones del mundo dependen de las precipitaciones para tener unas buenas cosechas. Este vínculo a las condiciones climáticas para poder sobrevivir hace que al mismo tiempo sean muy vulnerables a los fenómenos naturales extremos, los cuáles irán en aumento por las consecuencias del cambio climático.

Muchos autores y organizaciones especializadas establecen que ha habido un incremento de la frecuencia e intensidad de muchos riesgos naturales debido al cambio climático. Si las consecuencias del cambio climático continúan dándose, habrá una mayor afectación en las sociedades más vulnerables que se encuentran en los países pobres o en vías de desarrollo.

 

Estos fenómenos también afectan y afectarán a los países ricos, pero los más vulnerables son los que sufrirán más las consecuencias. Éste es el caso de las inundaciones en Nueva Orleans por el paso del Huracán Katrina en 2005: la ciudad presenta unas rentas inferiores a la media de los Estados Unidos, los efectos del Huracán han supuesto un retraso en el nivel de vida de una parte importante de la sociedad. Por lo tanto podemos decir que una mayor aparición de catástrofes naturales en el mundo por los efectos del cambio climático, contribuirá a retrasar el desarrollo humano de las sociedades más vulnerables.

Por otra parte, el gran crecimiento demográfico experimentado a nivel mundial en países desarrollados o no, y el incremento de los recursos y servicios considerados como elementos básicos ha supuesto un aumento de las interrelaciones y dependencias de la sociedad, lo que ha producido la aparición en escena de nuevos riesgos. La globalización económica, que tanto afecta a amplios espectros del mundo y la sociedad, también tiene una influencia directa en cuanto a la evolución del ámbito clásico de los riesgos hacia nuevos escenarios de riesgo que hay que contemplar. Por lo tanto podemos decir que han surgido nuevos escenarios de riesgo relacionados con el normal funcionamiento de la sociedad globalizada, como por ejemplo los relacionados con servicios públicos y los suministros básicos (agua, gas, electricidad, combustibles, medicamentos, alimentos y telecomunicaciones, además otros como el transporte) y que pueden estar influido por los fenómenos naturales. Un ejemplo claro es el episodio de cenizas volcánicas generadas por el volcán islandés el año 2010, que paralizó las comunicaciones aéreas durante más de 15 días en Europa Occidental, este suceso supuso graves pérdidas en diferentes sectores de la economía.

Los nuevos riesgos que aparecen, que tienen un peso específico cada vez mayor, no se pueden considerar desde la perspectiva clásica sino todo lo contrario, ya que representan factores y parámetros de peligro y vulnerabilidad nuevos. Serán cada vez más importantes en la medida en que las sociedades se hacen más vulnerables a los servicios básicos (aparecen nuevos suministros básicos y se requieren cada vez en mayor cantidad y calidad) y pueden aparecer nuevos escenarios hasta ahora no contemplados en la previsión del riesgo. Por tanto, los riesgos naturales y otros antrópicos relacionados con la dependencia y vulnerabilidad de las sociedades respecto a los servicios y suministros básicos serán los que cada vez más deberán tener en cuenta y, además, es muy probable que su tratamiento requiera de nuevas aportaciones técnicas y nuevos enfoques de las posibles emergencias.

Como resumen, la evolución constante de la sociedad hacia un nuevo modelo de sistema complejo, el potente crecimiento demográfico, la dependencia y la vulnerabilidad energética respecto a los servicios y suministros básicos, y la creación de fuertes interdependencias territoriales genera nuevos riesgos, que se verán afectados por el incremento del valor de algunos fenómenos naturales extremos fruto del cambio climático. La complejidad de su tratamiento por motivo de las numerosas dependencias de los sistemas complejos hace necesario abordar los riesgos desde una perspectiva nueva, no clásica.