Se habla de Sequía cuando en una determinada región las disposiciones de agua dulce, provenientes de la lluvia, los ríos o del subsuelo, se encuentra de forma continuada por debajo de los valores habituales. La situación de déficit hídrico del suelo hace que las necesidades hídricas de la población, los animales y las plantas no puedan ser satisfechos.

Hay autores que hablan de la sequía como un riesgo silencioso, que en zonas con pocos recursos o poca capacidad de reacción puede desembocar en malas cosechas, seguidas de hambrunas y de una mortalidad elevada. Uno de los episodios más conocidos y con devastadoras consecuencias fue la sequía de los años ochenta del siglo XX en la región africana del Sahel.

Hay que diferenciar entre la sequía y la aridez. La aridez se da con una media baja de precipitaciones o de agua natural disponible, es una característica permanente. En este caso la falta de lluvias sí forma parte del clima de la zona. Suelen ser regiones con pocas lluvias y altas temperaturas.

Otro proceso relacionado es la desertización, que es el proceso por el cual las tierras productivas áridas y semiáridas se convierten en económicamente improductivas. Hay diferentes factores que la producen como un excesivo cultivo, el pastoreo intensivo o la tala indiscriminada de bosques.

1. Tipos de Sequía

Como podemos ver, la definición de sequía es compleja, y su impacto en la sociedad es diverso, lo que ha generado que se consideren diferentes tipos de sequías:

  • La meteorológica: corresponde a la consideración únicamente de la disminución de las precipitaciones en relación a la media de una zona a lo largo de un determinado periodo de tiempo.
  • La hidrológica: precipitaciones inferiores a la media normal, afectan el caudal habitual de los cursos de agua, los niveles de los acuíferos, lagos y otras reservas de agua. Aunque la causa principal suele ser la meteorológica, otros hechos como los cambios de usos del suelo, la degradación de éstos, o la construcción de presas también pueden afectar en la dinámica hidrológica de los cursos de agua.

La sequía meteorológica y sequía hidrológica pueden propiciar sequías agrícolas o urbanas. De esta forma un territorio puede estar en sequía meteorológica (agrícola de secano) pero si tiene embalses de agua puede evitar, al menos temporalmente, la sequía hidrológica (regadío y urbana). Pero al contrario, podría darse el caso de una sequía hidrológica sin estar en una de meteorológica si las aportaciones de agua de lluvia más los volúmenes almacenados no fueran suficientes para satisfacer las demandas de los diferentes sectores (usos urbano, agrícola, industrial, fuente de energía y recreativo).

2. Evaluación del fenómeno

Según la zona, se define de forma diferente. Por ejemplo, la siguiente es la propuesta de la British Rainfall Organization (1936) para países occidentales situados en zonas lluviosas:

  • Sequía absoluta: período de 15 días consecutivos durante los cuales la precipitación registrada es inferior o igual a 0,25 mm / día.
  • Sequía parcial: período de 29 días con una precipitación media inferior o igual a 0,25 mm / día.
  • Tiempo seco: período de 15 días consecutivos con precipitaciones que no superan 1 mm / día.

En España, el Instituto Nacional de Meteorología utiliza el método de Gibbs, con el que se caracterizan las precipitaciones comparándolas con los percentiles de la serie, si bien para su utilización se han adoptado los quintiles. A partir de los valores de los quintiles de la serie se calculan los índices de frecuencia. Con estos índices se podrá definir si un mes, una estación o un año ha sido seco o muy seco:

  • Muy seco: frecuencia de la precipitación inferior a 0,20 (la precipitación registrada se encuentra en el intervalo correspondiente al 20% de los años más secos).
  • Seco: frecuencia de la precipitación entre 0,20 y 0,40 (la precipitación registrada es igual o superior al 20% de los más secos e inferior al 40% de los años más secos).

Otra forma muy sencilla de ver qué tipo de período se trata consiste en calcular un índice de pluviosidad obtenido a partir de la relación entre la precipitación del periodo a estudiar y los valores considerados normales para ese mismo periodo y calculados para un tiempo largo. Si la relación resulta menor de la unidad se tratará de un período seco.

Finalmente, hay otros índices de sequía que tienen en cuenta más parámetros, como el de la evapotranspiración. Este es el caso, por ejemplo, del Índice de Severidad de Sequía de Palmer (PDSI), usado en EE.UU. Se obtiene a partir de las diferencias de peso acumuladas entre precipitación real y cantidad que se calcula que se requiere para la evapotranspiración, la recarga del suelo y la escorrentía. Tiene en cuenta los efectos de persistencia de las situaciones de sequía. Los umbrales son los siguientes:

  • PDSI> = 4 extremadamente húmedo
  • PDSI <= -4 extremadamente seco