El fuego forestal es el resultado de un proceso químico que se produce cuando se aplica una fuente de calor a una sustancia combustible con presencia de aire, lo que hace elevar su temperatura hasta que empieza a desprender gases, que combinados con el oxígeno del aire, proporcionan la energía necesaria para que se dé el proceso de combustión, produciendo luz y calor. Una vez iniciado el fuego, el calor generado por la combustión proporciona la energía necesaria para que siga ardiendo. Cuando el fuego se propaga sobre el terreno forestal y afecta a la vegetación que no estaba destinada a quemarse, se convierte en un incendio forestal. De forma más concreta podemos definir un incendio forestal como un fuego que se extiende sin control sobre terreno forestal, afectando vegetación que no estaba destinada a arder.

Es necesaria la presencia de los tres elementos, calor, oxígeno y combustible en un mismo lugar y al mismo tiempo, para que un fuego forestal se inicie y se mantenga. Para evitar que se produzca un incendio o extinguirlo hay que evitar uno de estos tres elementos, por ejemplo evitando que las llamas lleguen al combustible haciendo cortafuegos.

Químicamente, la combustión o incendio forestal consiste en la reacción entre el oxígeno del aire y los compuestos químicos orgánicos, basados ​​principalmente en carbono y nitrógeno, para generar vapor de agua, dióxido de carbono, óxidos de nitrógeno y otros compuestos oxidados. El oxígeno también puede ser aportado por algún otro compuesto comburente, es decir, aporta oxígeno a la reacción de combustión.

Ya que el fuego forestal es un elemento natural de los bosques y los ecosistemas, debemos evitar la idea de su desaparición absoluta, que ni es posible ni es deseable, ya que el fuego forestal juega un importante papel en la regeneración de los ecosistemas a través de la aportación de nutrientes y otros procesos complejos.

  • El combustible

 

Es la sustancia que arde en un fuego. En los fuegos forestales el combustible lo constituye la materia orgánica de tipo vegetal. Los combustibles forestales se dividen en combustibles muertos y combustibles vivos (plantas vivas). De los combustibles muertos hay dos tipos, los ligeros o incluso los pesados. Los primeros son fácilmente inflamables y el fuego se propaga muy rápidamente, lo forman la hierba, la hojarasca, ramas delgadas secas, matorral ligero, etc. Los combustibles muertos pesados ​​están formados por todo tipo de combustible de diámetro grueso, es decir troncos, ramas gruesas, troncos y raíces.

Aunque la materia vegetal siempre es combustible, su inflamabilidad varía en función del contenido de humedad, de la concentración de sustancias volátiles.

  • Comportamiento de los incendiso forestales

Para que se produzca un incendio forestal hay una combustión inicial del material vegetal que, en este caso, se convierte en combustible. Así, es necesario que haya combustible en cantidades suficientes y en condiciones propicias que permita su ignición, hay calor para que se produzca la reacción inicial de combustión y hay aporte de oxígeno (del aire o de algún material comburente) El triángulo, calor, oxígeno y combustible es necesario para la combustión, pero para que evolucione hacia un incendio forestal, son necesarios unos condicionantes atmosféricos (temperatura, humedad e viento) y del estado del combustible (que a su vez depende de las condiciones atmosféricas).

Los factores que influyen más directamente en el peligro de incendio y en la propagación del fuego son el tipo y estado de la vegetación, la topografía del terreno y los factores meteorológicos (viento, temperatura y humedad).

  • Tipo de combustible o de vegetación: El grado de combustión de la vegetación se caracteriza por: humedad, cantidad, distribución y proporción de materia muerta y tipo de especies. El combustible muerto a causa de su escaso grado de humedad en la época estival representa un importante peligro para el bosque, aunque cumple una importante función ecológica en volver nutrientes al suelo. Entre los combustibles muertos a su vez se pueden diferenciar en ligeros (hierbas, hojarasca, ramas delgadas, arbustos y similares) y los pesados ​​(troncos, ramas, troncos, y otros). El combustible ligero es fácil de encender y propaga el fuego muy rápidamente. Otro aspecto importante del combustible es su disposición. Se pueden dar diferentes situaciones de continuidad horizontal y vertical, y esta continuidad favorece la propagación de los incendios forestales.Los tipos de especies influyen de manera decisiva: la composición de las resinas, el grado de terpenos (sustancia muy inflamables), el grado de humedad y otros parámetros característicos de cada especies vegetal, determinan su capacidad de combustión y por tanto el peligro de incendio forestal.
  • Meteorología: Este es un aspecto fundamental a través de la humedad, la temperatura y el viento. La humedad relativa ambiental condiciona la humedad del combustible. Por debajo del 40% en verano, el riesgo de incendio es elevado y por debajo del 20% muy elevado. La temperatura condiciona la humedad relativa y, si se mantienen unas condiciones de sequedad y altas temperaturas, el combustible muerto y el vivo pueden perder rápidamente humedad. En estas condiciones se producen más focos de incendios y es mucho más rápida su propagación. El viento es otro elemento fundamental ya que incrementa la necesaria aportación inicial de oxígeno a la reacción de combustión, y a la vez es necesario para propagar el fuego y acercar las llamas en la materia vegetal no incendiada. Los vientos secos (en Cataluña de poniente, pero también del sur y del norte), producen a la vez la bajada brusca de la humedad incrementando las condiciones que favorecen el incendio forestal.
  • Topografía: La pendiente del terreno y la orientación de las masas de monte son factores muy importantes en el inicio y desarrollo de los incendios. En pendiente el fuego se propaga más rápidamente por su tendencia natural a subir por estas pendientes. Esto está causado porque la disposición habitual de las llamas en altura y la tendencia normal del aire caliente a subir hace que afecten más directamente a la vegetación situada pendiente arriba. También hay que considerar que, en Cataluña, en los pendientes orientados al sur se produce una brisa de aire caliente y seco (en verano) que sube pendiente hacia arriba todo desecando la vegetación y, por tanto, incrementando el peligro y la dificultad de la extinción. Estos factores determinarán el comportamiento del fuego y caracterizarán los incendios forestales en tres tipologías:

Fuegos topográficos: son focos que se mueven en orografías complejas, donde su fuerza motriz es el viento convectivo por calientamiento de la superficie terrestre.

Fuente: Bombers
Fuego dominado por la topografía. Vall d’Aran, enero 2011

Fuegos conducidos por el viento: son incendios de propagación lineal en la dirección del viento adapntandose más o menos a la morfología del terreno.

 

Font: Tarragona 21
Foc dominat pel vent. La Riba juliol 2011

Fuegos de combustible: son incendios en los que la gran acumulación de combustible es la responsable de la intensidad desarrollada.

 

Font: Bombers de la Generalitat de Catalunya
Foc dominat pels combustibles. Juliol, Catalunya central 1994

 

  • Tipos de fuegos forestales

De acuerdo que sea el estrato de la vegetación que se vea afectado se pueden diferenciar tres clases de fuegos forestales:

  • Fuegos de superficie: son los que se propagan quemando el estrato herbáceo y el matorral. Suelen ser los más frecuentes ya que esta vegetación sufre fácilmente la falta de humedad. Resulta muy favorable para el inicio y propagación de las llamas. La mayor parte de los incendios han sido fuegos de superficie.
  • El fuego de copas: se propaga quemando las copas de los árboles. Es el de peores consecuencias ya que se propaga muy rápidamente y es lo que da lugar a los grandes incendios forestales.
  • El fuego de subsuelo: se propaga por la superficie, alimentándose de materia orgánica seca, raíces o turba, no es tan común en el Mediterráneo y se propaga bajo la superficie provocando la combustión de la materia orgánica.