Según el grado de cohesión y el estado físico de la nieve, el tipo de alud será diferente. Al igual que existen diferentes tipos de nieve, existen diferentes tipos de aludes. Estas pueden clasificarse de maneras diferentes, una clasificación sencilla es la que distingue los tres tipos siguientes:

• Aludes de nieve reciente

Se producen durante o poco después de intensas nevadas. Estos aludes pueden ser de nieve seca (nevadas con temperaturas netamente inferiores a los 0 º C) o de nieve húmeda (nevadas con temperaturas cercanas a los 0 º C), la densidad de la nieve es inferior a 100kg/m3.

Presentan una zona de salida puntual y se producen debido a una pérdida de cohesión de la capa superficial por sobrecarga o por un aumento de la temperatura durante o poco después de la nevada. Las pendientes que se desencadenan tienen entre los 35º y 17º, deteniéndose en pendientes inferiores.

Los aludes de nieve seca son las temidas avalanchas de nieve polvo que se producen durante las épocas más frío del invierno, son muy rápidas (velocidades superiores a los 60km/h) y destructivas formando depósitos en forma de bolas o bloques redondos

• Aludes de fusión

Son debidas a la fusión del manto nivoso cuando la temperatura del aire aumenta notablemente por encima de los 0ºC o en caso de lluvia. Son las típicas avalanchas de primavera, quizás las más conocidas, aunque a veces se pueden producir en pleno invierno o en períodos de calor.

La nieve es húmeda y pesada, la densidad se encuentra entre 90-180 kg/m³. La zona de salida generalmente es puntual. La velocidad de deslizamiento es lenta (entre 30 y 100km/h), pero no por ello dejan de ser peligrosas. A veces, puede llegar a deslizarse todo el espesor del manto hasta el suelo, arrastrando barro, rocas, árboles, matorrales, etc. Estas son las avalanchas de fondo. Se producen en laderas entre los 30 º y 45 º, en pendientes inferiores a 20 º se detienen. En la zona de llegada forman depósitos de aspecto redondeado.

• Allaus de placa

Se producen por la existencia de discontinuidades en el manto nivoso, hay una alta cohesión de la nieve sobre un estrato más débil. El resultado es el deslizamiento de las capas superiores, que aparentemente pueden parecer estables, por encima de una capa de baja cohesión o una superficie de rehielo. La densidad de la nieve se encuentra entre los 140-290kg/m3. La zona de salida es lineal y en la zona de llegada se forman depósitos con bloques compactos de grandes dimensiones. La velocidad de desplazamiento es inferior a las anteriores, puede oscilar entre los 20-50km/h.

Un caso particular son las placas de viento, capas duras y frágiles formadas por la acumulación de la nieve transportada por el viento en las zonas situadas generalmente en sotavento.