Desde la antigüedad la actividad humana en ocupado las cuencas de drenaje y las llanuras de inundación lo que ha supuesto la alteración de los sistemas fluviales. La introducción de la agricultura en el Neolítico, con la consiguiente deforestación, fue la primera alteración importante de las cuencas de drenaje, que, además, ha persistido a lo largo de la historia con mayor o menor medida. La construcción de embalses está fechada en el antiguo Egipto y los diques fluviales se construyeron de forma habitual en la China y Mesopotamia desde los inicios de estas civilizaciones. La tecnología para alterar los sistemas fluviales se conoce desde antiguo, pero las alteraciones actuales son de mayor magnitud, sobre todo las llevadas a cabo durante el siglo XX, por lo que quedan pocos ríos inalterados.

1. Acciones que incrementan el riesgo

  • Cambio usos del suelo, hay muchas alteraciones de la cuenca que inciden indirectamente sobre las avenidas. En general se puede incluir cualquier actividad que trastoque las relaciones de escorrentía superficial e infiltración: agricultura, explotaciones mineras, canteras y sobre todo la urbanización. La urbanización supone una modificación drástica de la capacidad de infiltración de los suelos, por lo que tiene diversos efectos sobre las crecidas.
    • Impermeabiliza los suelos incrementando el caudal total de la avenida.
    • Acelera los flujos, por lo que aumenta el pico de la crecida.
    • Las canalizaciones conducen el agua rápidamente al cauce y contribuyen también a un apuntamiento del hidrograma.
    • La remoción del suelo que se produce al comienzo de las obras supone un incremento de la carga de sedimentos.
  • Ocupación de las zonas inundables; Hay una tendencia histórica que lleva al hombre a buscar la proximidad del agua y a colonizar los valles fluviales. Este proceso ha sido progresivo, de manera, que con el aumento de la presión demográfica se han ocupado las zonas inundables. En las sociedades modernas se supone que hay una tecnología adecuada para la lucha contra las inundaciones, pero lo cierto es que la complejidad y la variabilidad de estos sucesos complican el control de las avenidas y de las inundaciones. En la zona mediterránea sobre todo, sigue produciéndose una concentración de la población y de las actividades agrícolas e industriales en las áreas fluviales y costeras, de modo que aumenta la vulnerabilidad del sistema ante las inundaciones.

La construcción de las vías de comunicación y otras infraestructuras sobre las zonas inundables modifica la crecida, afecta a los flujos que circulan por el canal y / o los flujos desbordados dependiendo del trazado, pudiendo hacer de muros de contención para el agua y provocando inundaciones por el embalse del agua, este problema se da en la costa mediterránea española.

2. Acciones para disminuir el riesgo

  • Acciones estructurales

Las obras de ingeniería de defensa de las avenidas en los cauces y ríos, son las acciones más importantes que se han llevado a cabo a lo largo de la historia para prevenir las inundaciones. Actualmente estas infraestructuras de defensa se siguen realizando aunque en muchos casos se discute su efectividad. De hecho, un diseño inadecuado o una mala ubicación pueden ser nefastos y en ocasiones han favorecido el desarrollo de la Inundación. Por otro lado los costos ambientales y la alteración del sistema fluvial que provocan hacen más que discutible su realización. Entre las actuaciones más importantes cabe destacar las siguientes:

  • Reforestación y conservación de suelos: en este grupo se incluyen las prácticas orientadas a la conservación de los suelos y la reforestación. La conservación de los bosques, prados y tierras de cultivo, tiene un doble efecto sobre las crecidas, por un lado favorece el almacenamiento del agua en el suelo favoreciendo la retención del agua evitando las puntas de las grandes crecidas. Y el segundo efecto importante se nota en el transporte de sedimentos, que con estas medidas se reduce sensiblemente, al quedar el suelo retenido por las raíces de las plantas.
  • Diques: consiste en la construcción de barreras paralelas al cauce, que protegen de la crecida en las tierras situadas a los lados. Los efectos de este tipo de obra son muy variables y dependen de la magnitud de la crecida. Si esta es muy fuerte y se supera el nivel de coronación se puede producir el hundimiento de los mismos. Es conveniente tener preparadas zonas de posible desbordamiento. Otro de los efectos perniciosos de estas obras consiste en el mal drenaje hacia el canal favoreciendo la acumulación de agua y las inundaciones en zonas próximas. Si los diques constriñen el canal principal provocan una sobreelevación del flujo y un apuntamiento del hidrograma.
  • Canalización del cauce o lecho: conjunto de obras que pretenden disminuir el calado de la crecida (a diferencia de los diques que la aumentan o mantienen), es decir, pretenden aumentar la capacidad del cauce. Esto se consigue ensanchando o profundizando la sección para aumentar su área. Este tipo de obra suele ir acompañado de otras tendentes a disminuir la rugosidad de las paredes y la cama. Este tipo de obras está entrando en desuso, porque suelen presentar problemas de diseño.
  • Desvío del cauce: esta práctica se utiliza en aquellos casos en que es imposible modificar la cpacidad del cauce (caso de una ciudad, donde el desarrollo urbanístico lo impide).
  • Almacenamiento y laminación: una forma importante de atenuar las inundaciones es a través de la reducción de las puntas de caudal mediante el almacenamiento de ciertos volúmenes de agua. Este efecto de aplanamiento de los caudales máximos se conoce con el nombre de laminación del hidrograma y se consigue con la construcción de embalses o presas. Uno de los inconvenientes que plantean los embalses es la retención de sedimentos que no llegan a la costa producen una falta de alimentación del sistema litoral que se traduce en una fuerte erosión costera.

Generalmente las obras de defensa crean una sensación de seguridad (no siempre válida) como consecuencia un mayor desarrollo de las infraestructuras de protección de actividades humanas en las zonas de peligro. Un ejemplo de esta problemática es el caso de New Orleans en agosto de 2005 donde los efectos del Huracán Katrina produjeron fuertes inundaciones en zonas que estaban protegidas por diques que se rompieron. También es un ejemplo del aumento del riesgo derivado del incremento de la exposición y vulnerabilidad, por el gran desarrollo urbano en la zona protegida

  • Acciones no estructurales

Una gestión sostenible de los ecosistemas fluviales pasa hoy en día por la disminución de las obras estructurales y el incremento de las medidas no estructurales, reservando las primeras para aquellos casos en que sea estrictamente imprescindible y siempre para defender la población.

  • La predicción; se incluyen todos aquellos estudios que permitan conocer de forma anticipada las variables hidrológicas de la avenida (lluvias y caudales):
    • La predicción meteorológica; permite conocer génesis y evolución de las lluvias
    • SAIH (Sistema Automático de Información Hidrológica); sistema de información de las avenidas en tiempo real, controla la variabilidad espacio-temporal de la lluvia y su influencia sobre el caudal. Consiste en un conjunto de sensores situados estratégicamente en puntos de control de la cuenca, que captan y transmiten la información correspondiente a través de un sistema automático e independiente de comunicación (radio y satélite), hacia los centros de tratamiento de esta información. Estos centros procesan los datos que les llegan de forma inmediata a los centros de decisión lo que permite gestionar la avenida en tiempo real (Lluvia, embalses, caudales, etc.).
  • La previsión: en este apartado se consideran aquellas acciones encaminadas conocer el riesgo y su alcance. Hay que elaborar metodologías para conocer el riesgo que tengan como fruto mapas de peligro y mapas de vulnerabilidad que serán utilizados para la prevención y para la mitigación del riesgo. Hay diferentes métodos para identificar y conocer las zonas con diferentes grados de peligrosidad de inundación. Los elementos fundamentales para identificar las zonas inundables asociadas a los ríos son las formas asociadas a las crecidas como los conos de deyección, terrazas fluviales, etc., que son elementos topográficos identificables en el campo, por fotointerpretación de fotografías aéreas, y en mapas topográficos o modelos digitales del terreno.

El otro elemento en la zonificación de la inundabilidad es el conocimiento del grado de peligrosidad. Hay diferentes criterios para valorar la peligrosidad de las Inundaciones, pero el más utilizado es el de la frecuencia de Inundación: cuanto mayor sea la frecuencia mayor será la peligrosidad. Esta aproximación puede ser cuantitativa y se puede hacer por métodos probabilísticos a partir de datos de caudales, medidos en estaciones de aforo, o de precipitaciones, o bien a partir de datos históricos (entendiendo como tales todas las informaciones sobre Inundaciones, ya sean documentales, orales, etc.). El resultado será la zonificación del territorio por periodos de retorno o recurrencia (por ejemplo 10, 50, 100, 500 años).

Finalmente hay que determinar el conjunto de elementos vulnerables que pueden quedar afectados por los diferentes periodos de retorno. La integración de los mapas de peligro y de vulnerabilidad nos dará como resultado el mapa de riesgo de inundaciones.

Font: INUNCAT.
Mapa de zonas inundables por el periodo de descanso
 

 

  • La prevención es el conjunto de medidas para minimizar el riesgo; entre ellas destacan los trabajos que se realizan en este campo se relacionan con la ordenación del territorio, la educación, riesgo y la contratación de seguros. La ordenación del territorio es fundamental para resolver el problema de las inundaciones con eficacia. La delimitación de las zonas inundables, con los diferentes niveles de riesgo, es un factor clave en la planificación territorial. Definir los espacios inundables para diferentes periodos de retorno permite establecer y reglamentar los usos más adecuados. Para hacer una buena ordenación del territorio es necesario contar con buenos mapas de peligrosidad de Inundación.

La contratación de pólizas de seguros permite la indemnización económica a los afectados por las inundaciones. Sin embargo, esta política no será eficaz mientras no haya una buena ordenación del territorio, que permita distinguir diferentes niveles de peligro para las compañías aseguradoras puedan calibrar correctamente la cuantía de las pólizas.

La educación social es otra medida importantísima en la lucha contra las inundaciones. La formación de los técnicos que intervienen en la gestión de estos sucesos, debe ir acompañada de campañas de divulgación en el que se informe de las medidas preventivas que se pueden tomar, pero también de las buenas prácticas que deben observar tanto las instituciones como los ciudadanos.