Es la frecuencia o probabilidad con la que se presenta un fenómeno de una intensidad concreta, considerando que el fenómeno supone una amenaza a la integridad total o parcial de los sistemas y los elementos vulnerables. El peligro se puede expresar numéricamente como la frecuencia asociada a un fenómeno con una intensidad concreta. Los peligros pueden ser naturales, tecnológicos o sociales.

Como ejemplos de peligro se pueden considerar los siguientes: en las inundaciones el peligro es la frecuencia temporal o probabilidad con la que el agua discurre con una altura, calado y velocidad concreta (intensidad). En un terremoto el peligro es la frecuencia con que se produce una sacudida de una determinada intensidad.

En la descripción y concreción del peligro hace falta que tengamos en cuenta también las características de distribución temporal y territorial del fenómeno. Por lo tanto, no sólo será necesario considerar la frecuencia del fenómeno y su intensidad, sino que también cómo se materializará el peligro en relación al tiempo, es decir, la duración de la afectación por parte del fenómeno, y en relación al espacio, es decir, la extensión del fenómeno, básicamente.

Habitualmente se substituye el concepto de intensidad por el de severidad y también por el de magnitud o bien se utilizan como sinónimos. A pesar de que severidad e intensidad en si son sinónimos, intensidad y magnitud son conceptos diferentes. Así, la magnitud de un fenómeno mide el daño del fenómeno en origen, es decir, la potencial capacidad de producir unos efectos destructivos o perjudiciales. Por otra parte, la intensidad es el concepto que refleja cómo afecta en la práctica un fenómeno de una magnitud concreta. Podemos encontrar situaciones en las que fenómenos con magnitudes elevadas se manifiestan con intensidades moderadas.

Por ejemplo, en el caso de un seísmo su magnitud se puede determinar como la energía liberada, mientras que la intensidad se calcula aun identificando si el seísmo será o no percibido y si provocará o no efectos sobre los edificios, y en ese caso, cuáles serán. Un seísmo con una misma magnitud en origen puede generar intensidades diferentes en un mismo punto del territorio en función de parámetros intrínsecos a los elementos vulnerables o territorio (tipo de composición del terreno), pero también y especialmente, en función de parámetros intrínsecos al fenómeno que determinan la transmisión de la energía inicialmente liberada (posición y profundidad del epicentro, por ejemplo).

Finalmente, para que el peligro pueda producir un daño, el fenómeno tiene que encontrar elementos expuestos al daño que sean vulnerables.