Los incendios forestales son un fenómeno natural generalizado en todo el mundo que, por causas naturales o provocadas, consumen anualmente grandes cantidades de terrenos forestales, bosques y materia orgánica vegetal en general. El riesgo de incendio forestal no sólo genera anualmente pérdidas de gran importancia e interés natural (afectación a reservas de la biosfera, parques naturales y otros), sino también pérdidas materiales (urbanizaciones, edificaciones aisladas, actividades en entornos naturales), de vidas humanas y heridos de gravedad.

Las causas de los grandes incendios forestales son antropogénicas principalmente, pero la transformación de las condiciones del clima contribuye al aumento de los grandes incendios en todo el mundo, y estos también pueden ser un factor que contribuye al calentamiento del planeta. Estas son las conclusiones del informe (Finding and Implications from a Coarse-Scale Global Assessment of Recent Selected Mega-Ferias - Resultados y consecuencias de una evaluación mundial de algunos megaincendios forestales), que presentó la FAO en la 5 ª Conferencia internacional sobre Incendios Forestales, celebrada en Sudáfrica en mayo de 2011. El estudio presentó los resultados de grandes incendios recientes ocurridos en Australia, Botswana, Brasil, Indonesia, Israel, Grecia, Rusia y Estados Unidos.

Fuente: FAO

Relación de grandes incendios forestales en el mundo (1997-2010)

 

En la tabla adjunta se pueden comprobar incendios recientes ocurridos en Australia, Botswana, Brasil, Indonesia, Israel, Grecia, Rusia y Estados Unidos. Algunos incendios colosales son el de Australia de 2009, en el que murieron 173 personas y quemaron muchas ciudades, y los incendios forestales sin precedentes que hubo en Rusia en 2010, donde murieron 62 personas y se quemaron unos 2, 3 millones de hectáreas a consecuencia de más de 32.000 incendios.

En la Unión Europea cada año se queman en promedio, 500 000 hectáreas de bosques. Los Estados miembros más afectados se producen cada año más de 50 000 incendios forestales, aunque esta cifra se redujo en la última década en comparación con las anteriores. El aumento del riesgo de incendios y su magnitud se tradujo en extensas superficies quemadas en Portugal en 2003 (más de 400 000 hectáreas) y en 2005, y en España en 1985, 1989 y 1994. En Grecia, en 2007, cuando las temperaturas alcanzaron los 46 º C, se produjeron cinco grandes incendios que quemaron

170.000 hectáreas únicamente en la región del Peloponeso.

Los incendios además de causar víctimas humanas, daños a la propiedad y de reducir la fertilidad de suelo por la pérdida de materia orgánica, dificultan la conservación de la biodiversidad.