Los volcanes originan un conjunto de procesos geológicos peligrosos que comportan un riesgo importante en las zona.
Los volcanes originan un conjunto de procesos geológicos peligrosos que conllevan un riesgo importante en las zonas donde hay la presencia de actividad humana. La salida del magma a la superficie se produce de tres formas: líquido (lavas), gases y proyección de fragmentos sólidos (piroclastos, fragmentos). La cantidad de gas presente en el magma es el condicionante para que la erupción sea tranquila o explosiva, y que predomine la emisión de lavas o piroclastos. Recordemos que una explosión es el resultado de la expansión brusca del gas, un material explosivo corresponde a una reacción química que produce en muy poco tiempo una gran cantidad de gas.
- Coladas de lava; en función de su composición pueden cubrir extensas áreas. Las lavas de composición basáltica son muy fluidas y se mueven a velocidades relativamente altas, por ejemplo en el Mauna Loa se han medido velocidades de 64km/h, éstas pueden cubrir amplias superficies de cientos de km2. Las lavas de composición silícea como la riolita, son muy viscosas y quedan muy cerca del centro de emisión. Los mayores peligros de estos procesos se producen por enterramiento, presión e incendio. Es muy difícil de prever qué extensión exacta tendrán las emisiones de lava. Los mecanismos defensivos que se utilizan para evitar el riesgo de las lavas son la construcción de barreras, canalizaciones de desvío, remojar con agua para acelerar el resfriamiento y consolidación. En algunos volcanes la reactivación de la actividad eruptiva se produce muy lentamente, esto puede provocar la aparición de domos de lava que crecen progresivamente hasta alcanzar grandes dimensiones y colapsar, pueden emitir nubes piroclásticos de grandes dimensiones (volcán Merapi de Indonesia ).
- Flujos y caída de piroclastos, Los fragmentos sólidos o piroclastos expulsados durante una erupción volcánica provienen de la fragmentación del magma producida por la expansión violenta de las burbujas del gas que contiene. Los piroclastos pueden tener una gran variedad de tamaños, recibiendo diferentes nombres según sus dimensiones:
Estos materiales fragmentarios son arrastrados violentamente por el gas hasta la boca de emisión. Los más grandes son proyectados a grandes distancias (40 km en el volcán Asama en Japón), mientras que los más pequeños se incorporan a la columna. Una parte de estos materiales se acumulan alrededor del centro emisor formando un cono de escorias.
En algunos casos, la columna no tiene suficiente fuerza de ascenso para elevar todo el material incorporado, produciendo el colapso de la misma, este material cae sobre el volcán, bajando rápidamente por las laderas y formando densos flujos que se mueven a gran velocidad (500 km / hora) y temperaturas muy elevadas (700 º C), pueden recorrer hasta 100 km de distancia. Este fenómeno se conoce como colada piroclástica o nubes piroclásticos.
El erupciones del volcán Pinatubo de Filipinas en 1991 produjo una lluvia de piroclastos con consecuencias importantes para el clima debido a los altos contenidos de ceniza y azufre, el verano de 1992 presentó temperaturas medias más frío por la presencia de partículas que obstaculizaron las radiaciones solares.
- Lahares, flujos de lodo provenientes de materiales volcánicos no consolidados, especialmente cenizas que se han acumulado sobre el cono, y que son movilizadas por el agua ladera abajo. La mayor parte de los lahares siguen la red de drenaje fluvial, se canalizan y recorren grandes distancias a gran velocidad con gran poder destructivo. El agua necesaria para iniciar el proceso puede proceder de lluvias intensas o de la fusión parcial del hielo presente en la cima del volcán, como sucedió en 1985 durante la erupción del volcán Nevado de Ruiz en Colombia cuando murieron 24.740 personas, en la ciudad de Armero.
Lahar en la ciudad de Plymouth (isla de Montserrat)
- Emanaciones de gases; los gases, contenidos en el magma, se emiten a elevada temperatura y suben en forma de columna convectiva, hasta que tienen la misma temperatura que la atmósfera y cesan el ascenso. La columna tiene capacidad para arrastrar gran cantidad de piroclastos y materiales sólidos arrancados del conducto. Como ya se ha indicado anteriormente el gas es el causante del mayor o menor grado de explosividad de la erupción.
Como ya hemos visto, la mayor parte de los gases emitidos por los volcanes son vapores de agua, el resto lo componen gases como el CO, CO2, óxidos de azufre, sulfuro de hidrógeno, cloro y flúor, que pueden ser muy peligrosos. Estos gases se transportan como aerosoles y pueden permanecer mucho tiempo en la atmósfera. Si los compuestos de azufre, cloro o flúor reaccionan con el agua se convierten en ácidos tóxicos para las personas y animales. Cuando el CO2 proveniente de una erupción se acumula en el fondo de un lago, por diversas y saturación puede salir a la superficie y ocasionar la muerte por asfixia de los seres vivos de la zona, este es el caso del Lago Nyos en Camerún, dónde murieron 1.746 personas.
- Hundimientos, son hundimientos del cono volcánico, las laderas del que ceden repentinamente desencadenando un devastador alud de derrubios. Son fenómenos normales en los grandes volcanes debido a la gran inclinación de la ladera del cono. Los hundimientos volcánicos suelen ir acompañados de erupciones explosivas.
- Terremotos volcánicos, el desplazamiento del magma provoca fracturas que originan terremotos de magnitudes que no superan el 5-6 grados de la escala de Richter. El riesgo sísmico es pequeño, pero estos movimientos pueden desestabilizar los edificios volcánicos y provocar deslizamientos y desprendimientos.
- Tsunamis, olas gigantes de agua producidas por terremotos marinos o erupciones volcánicas acompañadas de hundimiento del cono, en zonas costeras. Es un fenómeno poco habitual pero que ha ocasionado un gran número de víctimas cuando se ha producido; el tsunami provocado por el volcán Krakatoa en 1883 mató 30.000 personas en Indonesia.