Generalmente los daños producidos por los movimientos de ladera, las subsidencias y hundimientos son causados ​​por la acción humana que incide de forma directa o indirecta sobre el fenómeno. La falta de conocimiento de los procesos que afectan al medio geológico y las interacciones con las obras y actividades humanas son las causantes de las catástrofes relacionadas con los movimientos del terreno, las cuales se pueden prevenir con unas acciones basadas en la identificación, estudio los procesos y factores que los controlan.

La prevención de los fenómenos se basa en dos estrategias de trabajo:

  • Medidas estructurales: La instalación de estructuras de defensa de los elementos expuestos al riesgo (caso de carreteras o edificios). Las defensas de protección tienen como objetivo detener los materiales en movimiento antes de que éstos lleguen a las zonas que se quieren proteger (zonas urbanas, vías de comunicación, infraestructuras). Las protecciones más habituales son las barreras dinámicas, que consisten en mallas metálicas sujetadas por pilones totalmente movibles. Para evitar deslizamientos se construyen diferentes tipos de muros de contención de diferente tipología.
  • Medidas no estructurales: identificación y estudio de los procesos y factores que controlan los movimientos del terreno. El objetivo es la realización de mapas de riesgo previsores para su aplicación en tareas de ordenación y uso del territorio.

Los estudios de peligrosidad de movimientos de ladera valoran la probabilidad y la magnitud que los movimientos pueden presentar en determinadas zonas del terreno... Los mapas de susceptibilidad y de peligrosidad de movimientos del terreno tienen por finalidad asegurar el correcto uso del territorio y prevenir los riesgos, así que las zonas con peligrosidad alta son catalogadas habitualmente como no edificables. Estos mapas pueden incluir:

  • Localización de los procesos y de las zonas afectadas (densidad, distribución y grado de actividad de los procesos).
  • Representación de los factores que los condicionan.
  • Representación de las zonas susceptibles.
  • Zonificación de la peligrosidad (cuatro grados: alta, media, baja y muy baja).

Los mapas constituyen el método más efectivo de presentar la información referente a la peligrosidad y riesgo de una zona o región.

En cuanto a los derrumbamientos los geólogos pueden hacer mapas de las zonas cubiertas por rocas como la caliza, yeso o sal, que son susceptibles a la disolución de los líquidos, por lo tanto hay que hacer una delimitación de los materiales susceptibles de disolverse y una determinación de las características hidrogeológicas de la zona.

Los mapas inventario incluyen la localización espacial de los procesos y / o de las zonas afectadas, así como las características de los mismos. Los mapas de susceptibilidad incluyen las zonas que pueden ser afectadas en un futuro por los procesos. Las cartografías de peligrosidad representan la posibilidad o probabilidad de ocurrencia de los procesos en un área determinada y por un período de tiempo dado, zonifican el territorio en diferentes grados.

La diferencia fundamental de los mapas de hundimientos y subsidencias con respecto a los de movimientos del terreno es que tanto los factores condicionantes como los desencadenantes son más restringidos. En la cartografía de hundimientos y subsidencias, se pueden diferenciar dos casos:

  • Zonas donde la ocurrencia de los procesos depende de la presencia de determinadas litologías susceptibles, como zonas cársticas o suelos blandos (sean cuales sean los factores desencadenantes, naturales o antrópicos)
  • Zonas donde las actuaciones antrópicas (generalmente excavaciones) pueden desencadenar procesos en materiales no susceptibles a priori.

Hay indicadores que pueden determinar la ocurrencia de fenómenos de movimientos de ladera o derrumbamientos peligrosos y que se pueden identificar a través del trabajo de campo (prospecciones geológicas), fotografía aérea o satélite, son:

Movimientos de ladera:

  • Formación de grietas en las laderas, en el tierra o en edificios (subsidencias)
  • Grandes acumulaciones de materiales en la base de un precipicio o de un acantilado.
  • Un camino lineal de vegetación rala, o escasa.
  • Sustrato rocoso expuesto y estratificado paralelo a la pendiente.
  • Masas de sedimento en forma de lengua, sobre todo gravas.
  • Superficie de terreno irregular, de forma ondulada en una pendiente.
  • Drenaje desorganizado.

Hundimientos y subsidencias

  • Grietas en los edificios o tierra.
  • Grandes cavidades en el subsuelo (prospección).