Sería difícil encontrar una parte de la superficie terrestre libre de la posible afectación de un riesgo natural. Por esta razón se hace necesario llevar a cabo el análisis y la gestión de riesgos en cada territorio.

Existen unos factores de riesgo inherentes a cada territorio, ligados a los peligros de los fenómenos naturales que se pueden dar en cada territorio y, a la exposición de la sociedad. La cuestión es llevar a cabo una gestión adecuada para evitar el riesgo o al menos mitigar sus efectos cuando este riesgo se manifiesta. De esta manera se ha de hablar de los conceptos: predicción / previsión, adaptación / prevención y mitigación. La combinación de estos conceptos, junto con la intensidad del impacto, nos dará una idea de la vulnerabilidad de una determinada zona.

Desgraciadamente en muchos casos tanto la predicción como la previsión son muy difíciles o dejan muy poco margen de tiempo para avisar a la población potencialmente afectada. Es por ello que los elementos clave son la prevención y la adaptación de las sociedades ante los riesgos naturales de la zona donde viven. Finalmente están las medidas de mitigación del desastre, que se toman una vez el riesgo se ha manifestado y han de servir para minimizar los daños y evitar que estos aumenten.

Ayala (2002) da un esquema sobre la gestión adecuada del riesgo, que se realizará de acuerdo con un inventario y con el análisis de los factores del riesgo. Este inventario, junto con criterios de admisibilidad económica y social, debe permitir hacer la evaluación del riesgo para definir cuál es el riesgo no admisible y cuál es el riesgo residual. A partir del primero se debe hacer el análisis para llevar a cabo la reducción del riesgo a partir de un inventario de medidas de mitigación y de la selección de la estrategia de mitigación que deben conducir a la elaboración de un plan de reducción de riesgos.

Como ya se ha dicho anteriormente, la ordenación territorial es una pieza clave a la hora de hacer frente a los riesgos naturales, al tiempo que también es importante para evitar una excesiva incidencia de las sociedades humanas sobre su entorno.