Los movimientos de ladera o deslizamientos, son procesos gravitacionales que conllevan movimientos ladera abajo de roca o suelo bajo la influencia de la gravedad. Pueden ser desencadenados por factores naturales como movimientos sísmicos, volcánicos, fuertes precipitaciones, pero también lo pueden ser por causas antrópicas.

En la evolución de la mayor parte de las formas de paisaje, los movimientos de ladera constituyen la etapa consecutiva en la meteorización. Juegan un papel fundamental en el ciclo global erosión-sedimentación. Se pueden dar en diferentes ambientes tanto terrestres como marinos y forman un conjunto de compleja clasificación.

Los movimientos de ladera, por su gran extensión y frecuencia, constituyen un riesgo geológico importante, afectando a edificaciones, vías de comunicación, servicios básicos, cauces, embalses, y, ocasionalmente, a poblaciones. Los movimientos de gran magnitud (decenas o cientos de millones de metros cúbicos) son muy poco frecuentes, aunque la superficie terrestre está llena de signos que denotan su ocurrencia en el pasado, posiblemente asociada a épocas climáticas húmedas y lluviosas o actividad tectónica.

Las zonas geográficas más afectadas por el fenómeno son las zonas de montaña que han sido sometidas a fuertes precipitaciones, movimientos sísmicos o erupciones volcánicas. El continente más afectado es Asia, seguido de América del Sur. En Europa los lugares con más sucesos han sido las zonas alpinas. El fuerte crecimiento urbano en países en vías de desarrollo o pobres ha hecho incrementar el número de sucesos especialmente por la falta de planificación urbana que conlleva la construcción de viviendas en zonas inestables y de riesgo. Un ejemplo lo tenemos en Brasil en enero de 2011, donde los desprendimientos generados por fuertes precipitaciones produjeron en el estado de Río de Janeiro 500 víctimas mortales.

 

Font: foto Antonio Lacerda.EFE.
Esllavissades a l’estat de Rio de Janeiro

 

Classificación de los movimientos

La clasificación utilizada se basa fundamentalmente en el mecanismo de rotura y propagación del movimiento y del riesgo que pueden generar utilizando básicamente criterios morfológicos. Se diferencian cuatro tipos básicos de movimientos: desprendimientos, deslizamientos, corrientes de derrubios y deslizamientos superficiales

1. Desprenimentos

 

Corresponde al movimiento rápido de una masa de cualquier tamaño de roca o de suelo en forma de bloques aislados o material masivo. Los desplazamientos se producen principalmente en sentido vertical por caída libre, son típicos en macizos rocosos y generalmente están controlados por las discontinuidades. Este tipo de movimientos requieren una topografía con fuertes pendientes y se caracterizan por la acumulación de bloques de tamaño variable al pie de ladera formando canchales. La probabilidad de manifestación de un Desprendimiento y su capacidad de producir daños están estrechamente ligadas al volumen.

Los desprendimientos se pudo clasificar en tres tipos, según el volumen de la masa rocosa desprendida:

  • Caídas de bloques rocosos, volúmenes inferiores a mil metros cúbicos, son los más frecuentes ya que están presentes siempre que haya un escarpe rocoso.
  • Desprendimientos de placas rocosas; volúmenes comprendidos entre el millar y el millón de metros cúbicos, sólo son posibles en laderas rocosas de gran desnivel.
  • Aludes rocosas, de varios millones de metros cúbicos, son poco habituales en zonas pobladas.

Fuente: USGS
Desprendimiento de rocas en Nueva Zelanda

2. Deslizamientos

 

En este tipo de movimiento, el desplazamiento del terreno se produce sobre una o varias superficies de rotura bien definidas. La masa generalmente se desplaza en conjunto, comportándose como una unidad, prácticamente sin deformación interna en su recorrido. La velocidad suele ser variable e implica en general volúmenes grandes, aunque no siempre.

Dentro de este gran grupo se incluye todo tipo de inestabilidad de un terreno no consolidado. Los tipos de deslizamientos más habituales son:

  • Deslizamientos: Desplazamiento de una porción de terreno a través de una superficie de rotura bien definida, con la preservación general de la forma de la masa desplazada.
  • Flujos: Inestabilidad de una porción de terreno que se desplaza como un fluido viscoso adoptando la morfología de la ladera por donde discurre.
  • Complejos: Combinación de diferentes tipos de mecanismos de deslizamientos. Los más habituales son los deslizamientos que se convierten en flujos al pie.

En áreas de montaña hay múltiples deslizamientos que, aparentemente, se encuentran en un estado dormido. Estos desprendimientos del terreno se pueden reactivar durante aguaceros importantes, periodos de lluvia continuada y si cambia el estado de equilibrio por un mal uso del suelo.

 

Fuente: Risknat
Esquema de un deslizamiento

3. Corrientes de derrubios

 

Una corriente de derrubios es una mezcla saturada de agua, de material grueso (gravas y bloques), material fino (arena, limo y arcilla) que se cuela a través de una vertiente y que se suele canalizar a través de los torrentes. La cantidad de bloques rocosos que puede contener aumentan significativamente su capacidad destructiva.

Son características de regiones semiáridas de montaña y también se pueden dar la las laderas de algunos volcanes. Los torrentes de montaña durante un episodio de lluvias importantes pueden mostrar dos dinámicas a la vez, la torrencial y la de corrientes de derrubios. La formación de una corriente de derrubios durante un torrente dependerá de la cantidad de material disponible para inestabilizar a dentro de la cuenca. La coexistencia posible de los ríos y las corrientes de derrubios durante los aguaceros en torrentes de montaña requiere el análisis de ambos procesos antes de la ocupación de las zonas inundables.

4. Deslizamientos superficiales

Los deslizamientos superficiales son inestabilidades del terreno pequeñas que suelen tener pocos metros de espesor. Dentro de este grupo se incluye cualquier tipo de deslizamiento, flujo o corriente de derrubios de pequeñas dimensiones. También se incluyen los procesos de reptación y solifluxión, que son movimientos lentos del terreno de milímetros o centímetros al año de movimiento.

 

Los deslizamientos superficiales están presentes en muchos lugares, pero por las dimensiones reducidas que tienen conllevan un riesgo poco significativo. Sin embargo, hay que considerarlos, ya que pueden dañar edificaciones, viviendas y obras de ingeniería.