El funcionamiento de la atmósfera y la interacción de sus propiedades con las características fisiográficas de la superficie terrestre, origina un conjunto de procesos físicos que conocemos como fenómenos meteorológicos.

Existe una gran tipología de riesgos naturales asociados a fenómenos meteorológicos, algunos de los cuales se pueden producir por todo el planeta, mientras que otros están circunscritos a unas zonas determinadas. Por ejemplo, los huracanes se originan sólo en zonas de latitudes tropicales como el Caribe, en cambio, las nevadas no se dan en estas latitudes. Por lo tanto los fenómenos meteorológicos son típicos de las zonas donde ocurren, es decir, son característicos del clima de unos territorios que se caracterizan por encontrarse en una situación geográfica concreta (latitud, continentalidad y altitud).

Por lo tanto, el clima de un lugar viene descrito por aquellos fenómenos meteorológicos que se dan normalmente en la zona, y para hacer esta descripción se utilizan a menudo los valores medios o normales de precipitación en un año, temperaturas medias, espesor de nieve máximo habitual, etc. La superación de los valores medios puede indicar la aparición de algún fenómeno extremo o de riesgo para el que las sociedades de los territorios donde se producen deben estar preparadas.

Cuando se produce un fenómeno meteorológico poco habitual y la sociedad se ve sorprendida o no ha tomado las medidas necesarias para que no le afecte hablaremos de riesgos climáticos. El hombre y sus actividades pueden verse sorprendidas por la magnitud de fenómenos meteorológicos propios del clima de la zona, superando su capacidad de hacerles frente porque no está suficientemente preparado, porque ha ignorado la posibilidad de que se den estos hechos (aunque normalmente se sabe que han pasado en años pasados ​​gracias a la climatología), o por haber desarrollado actividades en lugares que la naturaleza ya dice que pueden ser peligrosas.

Las catástrofes climáticas han sido un hecho recurrente a lo largo de la historia de la humanidad. El mito de la Atlántida de Platón recoge el poder destructivo de las inundaciones, mientras que hay autores que defienden que la desaparición de la civilización maya la provocaron una serie de sequías. El siglo XXI demuestra que las se catástrofes climáticas son cada vez más frecuentes y afectan la vida de más personas.

Casi todas las catástrofes se relacionan con el cambio climático. A medida que avance, la climatología ofrecerá una información más detallada para entender la relación entre el calentamiento global y las consecuencias meteorológicas. De todos modos, las pruebas actuales parecen señalar claramente una misma dirección: el cambio climático hará aumentar el riesgo de exposición a las catástrofes climáticas. Los informes de catástrofes climáticas van en aumento.