Este crecimiento del conjunto de la población mundial esconde, sin embargo, grandes desigualdades regionales: la tasa de crecimiento media mundial es del 11, 23 ‰, pero no todos los territorios ven aumentar con la misma intensidad su población e, incluso, varios países presentan una dinámica demográfica regresiva, con disminuciones de la población.

 

En términos generales, los países que presentan actualmente una tasa de crecimiento anual más elevada son los países del África subsahariana. El caso más extremo es el Níger, que presenta una tasa de crecimiento anual del 37,77 ‰, es decir, por cada mil habitantes, el país gana anualmente 37. Algunos otros países de la región con unas tasas de crecimiento anual importantes son Burundi (36,99 ‰), el Sáhara occidental (32,59 ‰), Etiopía (32,57 ‰) y la República Democrática del Congo (32,37 ‰). En la mayoría de los casos, el fenómeno que explica este crecimiento desmesurado es la elevada natalidad que se produce, tal y como nos indican los dos indicadores básicos: la tasa bruta de natalidad (el número de nacimientos por cada mil habitantes) y el índice sintético de fecundidad (el número medio de hijos que una mujer tendría a lo largo de su vida reproductiva).

Son tasas similares a la que presentan algunos países del Próximo y Medio Oriente, como los Emiratos Árabes Unidos (36,81%) o Kuwait (35.88 ‰). En este caso, sin embargo, la dinámica expansiva se explica, mayoritariamente, por la fuerte inmigración que estos dos países reciben de países vecinos, fruto de su elevado crecimiento económico en base en su importante industria petrolera.

En un nivel inferior de crecimiento se sitúan la mayoría de los países del sudeste asiático, con tasas en torno al 10-15 ‰: la India (14,01 ‰), Indonesia (11,22 ‰) o el Vietnam (11 , 22 ‰) son claros ejemplos. Igualmente, son valores compartidos por la mayoría de los países de América Latina, como Colombia (12,09 ‰), Brasil (11,89 ‰), México (11,30 ‰) o Argentina (10,50 ‰)..

Aunque dentro del grupo de los países que en la actualidad tienen crecimientos de población positivos figuran un buen número de países industrializados, con Estados Unidos (10,50 ‰), Canadá (8,14 ‰) como ejemplos más destacados. Por su parte, el continente europeo, con unos valores generales más bajos, destacan el Reino Unido (5,67 ‰) y Francia (5,41 ‰). Ligeramente por debajo encontramos el caso española, con una tasa de crecimiento del 4,55 ‰. El principal agente de crecimiento de todos estos países es la inmigración, en tanto que en la gran mayoría de los casos el saldo natural es bastante reducido fruto de los bajos niveles de natalidad que presentan.

En unos valores similares a los que acabamos de describir figura, por una parte, China (4,98 ‰) y, del otro, con valores más elevados, los países del Magreb: Túnez (11,94 ‰), el Marruecos (10,94 ‰) y Argelia (9,79 ‰). Como característica común a todos ellos figura el hecho de que, tradicionalmente, su crecimiento había sido bastante superior, pero el descenso de la natalidad-fruto de políticas estatales de reducción de la fecundidad en el caso chino o de dinámicas naturales en el caso de los países africanos-ha tenido una gran incidencia en la reducción del crecimiento global.

Finalmente, un número cada vez mayor de países ven estancó o, incluso, reducir su población. Salvo algunas pequeñas excepciones de países poco poblados de América Latina-la Guayana (-5,92 ‰) o Trinidad y Tobago (-1,03 ‰) -, se trata de estados de Europa oriental y meridional: Alemania (-0,57 ‰) o Italia (-0,61 ‰) son, sin duda, los ejemplos más significativos. La principal causa de este descenso es el envejecimiento progresivo de la población y el descenso de la natalidad, que la migración internacional apenas llega a compensar. En una situación más desfavorable se sitúan la mayoría de los países de Europa oriental-Bulgaria (7,76 ‰), Ucrania (6,23 ‰), Rusia (-4,65 ‰) o Rumanía (-2,39 ‰) son una muestra. En este caso, los problemas de envejecimiento y de descenso de la fecundidad que acabamos de apuntar se le debe sumar un flujo emigratorio importante, potenciado desde la integración de muchos de estos países en la Unión Europea y, por tanto, en la el espacio de libre circulación.

Pero, aparte de las migraciones, cuál es el motivo que unos países muestren unas tasas de crecimiento de la población muchos más elevadas que no otros? Como veremos en otro apartado de este mismo segundo bloque, la explicación radica en la llamada Teoría de la Transición Demográfica.