No es de extrañar la aparición de voces críticas en relación a los ODM. Esta estrategia de desarrollo mundial marca la agenda de la cooperación internacional, por lo que es observada meticulosamente. En este sentido, existen posturas de diversa naturaleza que merecen ser expuestas. A continuación se hace un resumen.

Sobre su contenido

A pesar de su amplitud, algunos expertos opinan que no se tratan temas fundamentales como los derechos humanos, la situación de países en conflicto o la reforma institucional para la gobernabilidad mundial. Asimismo, se puede caer en el riesgo de reproducir patrones negativos del pasado, ya que se considera que los ODM han sido diseñados por los países donantes y esto puede condicionar a los países receptores a dinámicas similares a las infringidas por las Instituciones de Bretton Woods en referencia al ajuste estructural.

Sobre su elaboración

Hay quien opina que no se atendieron adecuadamente algunas demandas hechas desde el Sur y que el procedimiento para llegar a la aprobación de los ODM no siguió la habitual forma de proceder de la ONU, prescindiendo, en esta ocasión, de los procesos participativos previos.

Sobre su enfoque

Otra crítica frecuente hace referencia al hecho de hacer frente a los efectos del subdesarrollo y no al diagnóstico y a sus causas.

Sobre su ideología

Se habla de los OMD en referencia a sus aspectos materiales, obviando los ámbitos inmateriales del desarrollo como son todos los derechos exigibles por las comunidades desfavorecidas. En este sentido, se argumenta que se pasan por alto las situaciones originadas por las políticas neoliberales que han conducido a un injusto mapa de pobreza y desigualdad mundial. Contrariamente se sigue insistiendo en el crecimiento económico, el mercado global o la iniciativa privada como opciones clave para alcanzar el desarrollo.

La AOD como instrumento

Algunas opiniones critican que la AOD no debe considerarse el único instrumento para lograr el desarrollo, argumentando que no está demostrado que el aumento de recursos económicos sea proporcionalmente favorable a la consecución de los ODM. En este sentido habría que considerar otros factores. Asimismo, puede suceder que se pida rendir cuentas a los países receptores en función de los recursos económicos recibidos y que éstos no tengan capacidad de gestión ni de absorción de los mismos. Por otra parte también podría suceder que si los ODM no se alcanzan, estos países pongan como excusa una AOD insuficiente.

Sobre su magnitud

Hay quien expresa que los ODM son inalcanzables por su excesiva ambición, en cambio, voces opuestas expresan que son mínimos y carentes de proyección más allá del 2015. Un ejemplo sería el interrogante de ¿qué sucederá con el otro 50% de personas que aún pasarán hambre en 2015? ¿Y después de 2015?

Sobre su viabilidad

Algunos expresan preocupación y argumentan que para que se puedan conseguir las metas marcadas, es necesario que las circunstancias y el panorama económico sea muy favorable para que los países puedan afrontar los retos con éxito. En el caso de África esto es especialmente complejo atendiendo a su débil ritmo de crecimiento. Proponen incluir indicadores sociales para medir los progresos.