Desde el año 1997 hasta el 2009, el PNUD utilizaba el denominado Índice de Pobreza Humana (IPH) en el cual se tiene en cuenta una serie de variables dependiendo de si se trataba de un país en vías de desarrollo (IPH-1) o (IPH-2) si era un país miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

Las variables en el caso del IPH eran:

  • Vida larga y saludable. Se mide a partir de la probabilidad al nacer de no vivir hasta los 40 años.
  • Educación. Exclusión del mundo de la lectura y de las comunicaciones medida según la tasa de analfabetismo de los adultos (≥15 años).
  • Nivel de vida digna. Se mide a partir de la media ponderada entre el porcentaje de la población sin acceso continuado a una fuente de agua mejorada y el porcentaje de niños (<5 años) con un peso inferior al de la media para su edad.

En el caso del IPH-2 se analizan las variables siguientes:

  • Vida larga y saludable. Se mide a partir de la probabilidad al nacer de no vivir hasta los 60   años.
  • Educación. Personas con una falta de aptitudes de alfabetización funcional (tasa de  analfabetismo de los adultos entre 16-65 años)
  • Exclusión social. Se mide a partir de la tasa de paro de larga duración (≥12 meses)

Aunque era evidente que este índice debía de ser mejorado ya que presentaba algunos problemas relacionados con la fiabilidad de los dados, problemas ocasionados, entre otros motivos, por el hecho de tener que relacionar bases de datos con períodos de referencia diferentes, estuvo vigente a lo largo de doce años. No hay duda, sin embargo, de que su uso fue de gran ayuda. Al fin y al cabo, incluso aunque los datos obtenidos casi nunca fueran suficientemente precisos cuantitativamente, resulta evidente que con unas probabilidades tan elevadas de morir antes de llegar a los 40 años por enfermedades como la malaria o el VIH/SIDA o directamente por el hambre, con porcentajes tan elevados de niños desnutridos, con porcentajes muy altos de personas sin acceso a fuentes de agua limpia, y con buena parte de la población adulta analfabeta, es prácticamente imposible conseguir el desarrollo humano de estas sociedades e incluso menos que este desarrollo sea sostenible.

En el año 2010, con motivo del 20º aniversario de la publiacación del Informe de Desarrollo Humano aparece un nuevo indicador, elaborado por el PNUD con colaboración del Oxford and Human Development Initiative (OPHI) de la Universidad de Oxford, que sustituye al anterior Índice de Pobreza Humana. Se trata del Índice de Pobreza Multidimensional (IPM).

Entre otras limitaciones, el anterior índice (IPH) no permitía identificar individuos y lugares específicos o grupos más amplios de personas que experimentaban las mismas privaciones. Este nuevo indicador supera estas deficiencias en medir la cantidad de personas afectadas por privaciones simultáneas y el número de carencias que enfrentan de media. Este se puede desglosar en sus dimensiones para mostrar como cambia la composición de la pobreza multidimensional en incidencia e intensidad entre las diferentes regiones, grupos étnicos, etc., lo que tiene consecuencias útiles en materia de política.

Tiene las mismas tres dimensiones que el IDH (salud, educación y nivel de vida) reflejadas mediante 10 indicadores, cada uno de los cuales tiene igual ponderación dentro de cada dimensión. Un hogar es pobre en múltiples dimensiones cuando sufre carencias en, al menos, dos de los seis indicadores (el límite cambia de acuerdo a la ponderación del indicador específico dentro de la medida global. Para profundizar en el cálculo del IPM hay que ver la nota técnica 4 del Informe de Desarrollo Humano de 2010). Los límites son austeros y reflejan privaciones graves, la mayoría vinculadas a los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).

IPM: Tres dimensiones y 10 indicadores

Fuente: elaboración propia a partir del Informe de Desarrollo Humano, PNUD 2010.

En el informe mencionado el IPM aparece definido como la medida de privaciones severas en las dimensiones de salud, educación y nivel de vida que combina la incidencia de quien sufre privaciones conla intensidad de la carencia.

Resulta evidente que el IPM es de especial utilidad para los países menos desarrollados. Este índice describe las privaciones generalizadas que hay en Asia Meridional, África Subsahariana y los países más pobres de América Latina. Además, descubre la magnitud de la pobreza más allá de las medidas monetarias, lo que constituye un logro importante.

 

Haz clic en la imagen para acceder al mapa interactivo del Índice de Pobreza Multidimensional (Oxford Poverty & Human Development Initiative)